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Epistemologia 2º parcial

"Los marcos de la experiencia" de Erving Koffman
Un "marco" es aquello con lo que una persona da sentido a un encuentro y con lo que maneja una franja de vida (strip of life) emergente. Pueden encontrarse propuestas simplificadas y esquematizadas de los "marcos" para ser usadas, de forma mas o menos mecánica.

Cuando los roles que participan en una actividad están diferenciados, probablemente la visión que tiene una persona de lo que esta pasando es bastante diferente a la de otra. Se da el caso de que lo que para el jugador de golf es juego, para el cadi es trabajo. Finalmente, resulta claro que la caracterización retrospectiva del "mismo" acontecimiento o de la "misma" ocasion social puede diferir ampliamente, ya que el rol de un individuo en una tarea puede proporcionarle un juicio valorativo distinto según sea el tipo de tarea en particular. 
El termino franja se usara para referirse a cualquier corte o banda arbitraria de la corriente de actividad en curso, incluyendo en este caso las secuencias de acontecimientos, reales o imaginarios, tal como son vistos desde la perspectiva de aquellos subjetivamente implicados en mantener algún interés en ellos. El termino franja se usara solo para referirse a cualquier conjunto amplio de sucesos (cualquiera que sea su estatus en la realidad) sobre los que uno quiere llamar la atención como punto de partida para el análisis.
Cuando un individuo en nuestra sociedad occidental reconoce un determinado acontecimiento haga lo que haga, tiende a involucrar en esta respuesta (y de hecho a usar) uno o mas marcos de referencia o esquemas interpretativos de un tipo que podemos llamar primario, porque la aplicación de ese marco de referencia o perspectiva, por aquello que lo aplican, se considera que no depende de ninguna otra interpretación anterior u "original"; un marco de referencia primario es aquel que se considera que convierte en algo que tiene sentido lo que de otra manera seria un aspecto sin sentido de escena. Los marcos de referencia primarios varían en el grado de organización. Algunos son claramente presentables como un sistema de entidades, postulados y reglas; otros parecen no tener una forma articulada visible, aportando solo una tradición de comprensión, un enfoque, una perspectiva. Sin embargo, cualquiera que sea su grado de organización todo marco de referencia primario permite a su usuario situar, percibir, identificar y etiquetar un numero aparentemente infinito de sucesos concretos definidos en sus términos.
En la vida cotidiana se percibe una distinción tolerablemente clara entre dos amplicas clases de marcos de referencia primarios: los naturales y los sociales. Los marcos de referencia naturales identifican los sucesos que se consideran como no dirigidos, orientados, animados ni guiados, los "puramente fisicos". Tales aconstecimientos no guiados son aquellos que se entienden como totalmente debidos, de principio a fin, a determinantes "naturales".
Por supuesto, en las ciencias físicas y biológicas se encuentran versiones elegantes de estos marcos de referencia naturales. Un ejemplo corriente de ellos seria el estado del tiempo, tal como se ofrece en un parte meteorológico. Por otra parte, los marcos de referencia sociales proporcionan una base de entendimiento de los acontecimientos que incorporan la voluntad, el objetivo y el esfuerzo de control de una inteligencia, de una agencia viva, siendo el ser humano la mas importante de ellas.
Utilizamos el termino causalidad para referirnos al efecto ciego de la naturaleza y al efecto pretendido del hombre, considerando al primero como una cadena infinitamente prolongada de efectos causantes, y al segundo como algo que en cierta medida comienza con una decisión mental.
En suma, tendemos, pues, a percibir los acontecimientos en términos de marcos de referencia primarios, y el tipo de marco de referencia que empleamos proporciona una manera de describir el acontecimiento a que se aplica. La salida del sol es un acontecimiento natural; bajar la persiana para impedir que entre el sol, un hacer guiado. 
Es cierto que, a veces, hay un determinado marco de referencia que es el mas relevante y que ofrece una primera respuesta a la pregunta "¿Que es lo que esta pasando aquí ". La respuesta es: un acontecimiento o un suceso descrito dentro de algún marco de referencia primario. Entonces puede uno empezar a preocuparse por cuestiones microanaliticas acerca de lo que se quiere decir con "nosotros", "lo" y "aquí", y acerca de como se logra el consenso implicado.
La noción de marco de referencia primario aun siendo insatisfactoria, permite considerar inmediatamente cinco temas diferentes y apreciar parte de su incidencia en nuestra comprensión global del funcionamiento del mundo. 
1- En primer lugar, "el complejo de lo asombroso": Los individuos ciertamente muestran considerable resistencia a cambiar el marco de sus marcos de referencia. Un acontecimiento que aparentemente no puede ser manejado dentro de la cosmologia tradicional produce un alboroto publico o, al menos, un murmullo.
2- El interés por la cosmologia, que, en alguna medida, es el mas amplio que podamos tener, presta su apoyo a un humilde pasatiempo: la exhibición de hazañas, es decir, el mantenimiento de la dirección y el control por parte de alguna agencia voluntariosa en condiciones que parecen claramente imposibles.
3- Considérese ahora los "fallos", es decir, aquellas ocasiones en que el cuerpo o cualquier otro objeto que se supone que se encuentra bajo una guía segura, de forma inesperada, se suelta, se desvía de su curso o, si no, escapa al control, quedando totalmente sujeto a las fuerzas naturales con la ruptura consiguiente de la vida ordenada.
4-"Lo Fortuito", expresión que en este caso significa que un acontecimiento importante puede llegar a ser considerado como algo producido incidentalmente. Un individuo que guía adecuadamente sus actuaciones se enfrenta con el funcionamiento natural del mundo de un modo que no podría esperarse que el anticipase, con los resultados consiguientes. Las nociones culturales de fallos y de lo fortuito permiten a la gente entendérselas con los acontecimientos que, en otro caso, resultarían embarazosos para su sistema de análisis.
5- El ultimo tema a considerar se refiere a la cuestión del aislamiento expresada en la "tensión" y las bromas. Los individuos, como se argumentara a lo largo de todo el libro, pueden establecer de manera bastante completa lo que ven de acuerdo con el marco de referencia. A su vez, estas distinciones parecen estar ligadas al hecho de que cada clase de acontecimiento no es sino un elemento dentro de todo un lenguaje de acontecimientos, formando parte cada lenguaje de un marco de referencia distinto. Y lo que es verdad en la sociedad occidental, probablemente sea verdad en todas las demás sociedades.
La realidad no tiene que ser demasiado real, ya que puede ser tanto una dramatizacion de los acontecimientos como los propios acontecimientos. Así, el análisis de marco se convertiría en el estudio de todo salvo el comportamiento ordinario. 

"Teoría de la comunicación humana" de Paul Watzlawick ,Janet Bavelas y Don Jackson

La comunicación es una condición sine qua non de la vida humana y el orden social. También es obvio que desde el comienzo de su existencia, un ser humano participa en el complejo proceso de adquirir las reglas de la comunicación  ignorando casi por completo en que consiste ese conjunto de reglas, ese caculus de la comunicación humana.
Un fenómeno permanece inexplicable en tanto el margen de observación no es suficientemente amplio como para incluir el contexto en el que dicho fenómeno tiene lugar. La imposibilidad de comprender las complejidades de las relaciones que existen entre un hecho y el contexto en que aquel tiene lugar, entre un organismo y su medio,  enfrenta al observador con algo misterioso, o lo lleva atribuir a un objeto de estudio ciertas propiedades que quizás el objeto no posea. El observador de la conducta humana, entonces, para de un estudio deductivo de la mente al estudio de las manifestaciones observables de la relación. El vehículo de tales manifestaciones es la comunicación, que puede dividirse en tres áreas: Sintáctica, semántica y pragmática. 
El significado constituye la preocupación principal de la pragmática. Si bien es posible transmitir series de símbolos con corrección sintáctica, carecerían de sentido a menos que el emisor y receptor se hubieran puesto a su significado. En tal sentido, toda información compartida presupone una convención semántica. Por ultimo, la comunicación afecta a la conducta y este es un aspecto pragmático.
La pragmática estudia los efectos de la comunicación sobre la conducta. En tal sentido, debe aclararse desde el comienzo de estos dos términos: comunicación y conducta, se usan virtualmente como sinónimos, pues los datos de la pragmática no son solo palabras que están al servicio de la sintáctica y la semántica, sino también son concomitantes no verbales y el lenguaje corporal. Las variables no tienen significado propio, sino que solo resultan significativas en su relación mutua. Con la introducción de las variables se logro una nueva dimensión de información y así se formo la nueva matemática. La relación entre variables constituyen el concepto de función.
Solo se pueden percibir relaciones y pautas de relaciones, y que ellas constituyen la esencia de la experiencia. En toda percepción hay un proceso de cambio, movimiento o explotación en otros términos se establece una relación se la pone a prueba en un rango tan amplio como las circunstancias lo permiten y se llega a una abstracción que, según sostenemos, es idéntica al concepto matemático de función. Así  la esencia de nuestras percepciones no son "cosas" sino funciones y estas, como vimos, no constituyen magnitudes aisladas, sino "signos que representan una conexión una infinidad de posiciones posibles de carácter similar."
En general, la interdependencia entre el individuo y su medio siguió siendo objeto de muy poca atención dentro del campo psicoanalítico y es precisamente aquí donde le concepto de intercambio de información, esto es, de comunicación, se hace indispensable. El advenimiento de la cibernetica puso fin demostrando que los dos principios podían unirse dentro de un marco mas amplio, criterio que se hizo posible gracias al descubrimiento de la retroalimentacion. La retroalimentacion positiva lleva al cambio, a la perdida de estabilidad o de equilibrio, parte de la salida de un sistema que vuelve a introducirse en el sistema como información acerca de dicha salida. La diferencia consiste en que, en el caso de la retroalimentacion negativa, esa información se utiliza para disminuir la desviación de la salida con respecto a una norma establecida, mientras que en el caso de la retroalimentacion positiva, la misma información actua como una medida para aumentar la desviación de la salida y resulta así positiva en relación con la tendencia ya existente hacia la inmovilidad o la desorganizacion. Los sistemas interpersonales, como grupos de desconocidos, familias, relaciones, etc, pueden entenderse como circuitos de retroalimentacion, ya que la conducta de cada persona afecta a la de cada una de las otras, afectadas por estas.
El proceso estocástico se refiere a las leyes inherentes a la frecuencia de símbolos o hechos, sea la secuencia tan simple como los resultados de extraer bolitas de una caja, como tan compleja como las estructuras especificas de los elementos tonales y orquestales utilizados por algún compositor.
La búsqueda de configuraciones constituye la base de toda investigación científica. Cuando hay configuraciones hay significación, una máxima epistemologica que también resulta valida para el estudio de la interacción humana.
Cuando dejamos de utilizar la comunicación para comunicarnos y la usamos para comunicar algo acerca de la comunicación, cosa que es inevitable cuando investigamos sobre la comunicación  utilizamos concepciones que no son parte de la comunicación, sino que se refieren a ellas. Siguiendo la analogía con las matemáticas, hablamos aquí de metacomunicacion. Comparada con las matemáticas presenta dos desventajas significativas. La primera consiste en que, en el caso de la comunicación humana, no hay por el momento nada comparable al sistema formal de un calculo. La segunda dificultad esta estrechamente relacionada con la primera: mientras que los matemáticos poseen dos lenguajes (números y símbolos algebraicos para expresar las matemáticas y el lenguaje natural para referirse a las matemáticas), nosotros estamos básicamente limitados al lenguaje natural como vehículo tanto para la comunicación como para la metacomunicacion.
El efecto de la conducta surge como el criterio de significación esencial en la interacción estrechamente relacionados. Por ejemplo, una y otra vez es doble observar que un síntoma  que se ha mantenido refractario a la psicoterapia a pesar del intenso análisis de su génesis revela de pronto su significado cuando se lo estudia en el contexto de la interacción marital presente del individuo. En general entendemos que un síntoma es un fragmento de conducta que ejerce efectos profundos sobre todos los que rodean al paciente.
Se llamara mensaje a cualquier unidad comunicacional singular o bien se hablara de una comunicación cuando no existan posibilidades de confusión. Una serie de mensajes intercambiados entre personas recibirá el nombre de interacción. Así como no existe la no-conducta, ya que es imposible no comportarse, si se acepta que toda conducta tiene una situación de comunicación se deduce que por mucho que uno lo intente, no puede dejar de comunicar (palabras o silencio, actividad o inactividad, siempre tienen un mensaje). En síntesis cabe postular un axioma metacomunicacional de la pragmática, no es posible no comunicarse. Toda comunicación implica un compromiso y por ende, define la relación. Esta es otra manera de decir que una comunicación no solo transmite información sino que, al mismo tiempo, impone conductas. Estas dos operaciones se conocen como los aspectos "referenciales" y "conativos", respectivamente, de toda comunicación.
  • El aspecto referencial de un mensaje transmite información y por ende, en la comunicación humana es sinónimo de contenido del mensaje. Transmite los "datos" de la comunicación.
  • El aspecto conativo se refiere a que tipo de mensaje debe entenderse que es, y, por ende, en ultima instancia, a la relación entre los comunicantes. Es una "orden" o una instrucción.
Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional tales que el segundo clasifica al primero y es, por ende, una metacomunicacion.
Los seres humanos se comunican tanto digital como analogicamente. El lenguaje digital cuenta con una sintaxis lógica sumamente compleja y poderosa pero carece de una semántica adecuada en el campo de la relación, mientras que el lenguaje analógico posee la semántica pero no una sintaxis adecuada para la definicion inequívoca de la naturaleza de las relaciones.

"Cibernetica y Sociedad" de Norbert Wiener 

Cuando me pongo en contacto con otra persona, le doy un mensaje; cuando responde, me da algo en relación con lo que dije y que contiene informes accesibles a él primordialmente y no a mi. Es propósito de la cibernetica desarrollar una lengua y unas técnicas que nos permitan, no solo encarar los problemas mas generales de comunicación y regulación sino ademas establecer un repertorio adecuado de ideas y métodos para clasificar sus manifestaciones particulares por conceptos. El propósito de recibir y utilizar informaciones consiste en ajustarnos a las contingencias de nuestro medio y de vivir de manera efectiva dentro de el. Las necesidades y la complejidad de la vida moderna plantean a este fenómeno del intercambio de informaciones demandas mas intensas que en cualquier otra época; la prensa, los museos, los laboratorios científicos, las universidades, las bibliotecas y los libros de texto han de satisfacerlas o fracasaran en sus propósitos. Para obtener un efecto lo mas uniforme posible se acostumbra a interponer un elemento de retroalimentacion que determina la diferencia entre la posición real y la deseada y que da de acuerdo con esta diferencia un impulso adicional. 
El funcionamiento en lo físico del ser vivo y el de algunas de las mas nuevas maquinas electrónicas son exactamente paralelos en sus tentativas análogas de regular la entropia mediante la retroalimentacion. La relación con el mundo exterior mediante órganos sensoriales, tales como células fotoeléctricas o termómetros que no solo les advierten acerca de las circunstancias que la rodean, sino que ademas las hacen capaces de recordar la ejecución de la labor encomendada, es decir, retroalmientacion es la propiedad de ajustar la conducta futura a hechos pasados, la experiencia se utiliza no solo para regular movimientos específicos, sino para determinar un completo plan de conducta.
Así, entre el sistema nervioso y la maquina automática existe una analogía fundamental, pues son dispositivos que toman decisiones basándose en otras que hicieron en el pasado. Los mas simples eligen entre dos posibilidades tales como abrir o cerrar una llave. En el sistema nervioso, cada fibra decide transmitir un impulso o no. La maquina y el organismo viviente son dispositivos que local y temporalmente parecen resistir a la tendencia general de aumento de la entropia. Mediante su capacidad de tomar decisiones, pueden producir a su alrededor una zona local de organización en un mundo cuya tendencia general es la contraria. A la larga, el gran propósito trivial de la entropia máxima parecerá ser el mas duradero de todos. Pero en las etapas intermedias un organismo o una sociedad de ellos tendera a permanecer mas tiempo en aquellos modos de actividad en los que las diferentes partes funcionan conjuntamente, según una estructura que tendrá mas o menos sentido.

Bateson, Primer inventario de una herencia" de Yves Winkin

La evolución supone una doble armonizacion: primero un ajuste del material genético al organismo, pues este, para cumplir su función debe tener suficiente coherencia interna y, ademas, un ajuste externo al entorno, a través de la adaptación. En cada generación se realiza ese movimiento de ida y vuelta, ese vaivén entre los dos ajustes, en tanto la barrera weismaniana impide toda transformación prematura de nuestras capacidades de adaptación al medio exterior en capacidades internas y especificas, determinadas por el patrimonio genético.

"Una unidad sagrada" de Gregory Batenson

Batenson definio a la "ecología de la mente" como una manera de pensar acerca de las ideas y esos agregados de ideas que llama mentes. Las ideas se relacionan, no en virtud de la lógica, sino en virtud de la historia natural. La ciencia de la mente en el sentido mas amplio de la palabra. Se dice que todo paso evolutivo es una adición de información a un sistema ya existente. 
Comparar pensamiento con evolución y epigenesis con ambos es la manera de investigar la ciencia llamada epistemologia. Podemos decir que la epistemologia es el resultado y premio de combinar los puntos de vista de todas estas ciencias genéticas separadas.
El modo de mirar las cosas llamado ecología de la mente consiste en tomar un fragmento de proceso mental y sus relaciones con la ecología mental mas amplia en que reside y compararlo, en compañía de sus relaciones ecológicas, con ecologías de procesos mentales de una región diferente de la Mente, en ultima instancia, "comparar, pensamiento con evolución y epigenesis con ambos".

"El telegrafo y la orquesta" de Yves Winkin

El proyecto de la cibernética es más una forma de reflexionar que una teoría articulada y 
detallada. A partir de la idea de la retroacción, la explicación lineal tradicional queda un poco 
anticuada. Todo “efecto” retroactúa sobre su causa, todo proceso debe estar concebido según un 
esquema circular. La idea es simple pero sus implicaciones son importantes, sobre todo cuando se 
introduce la noción de sistema en el análisis. Un sistema se define como un “complejo de elementos en interacción, interacciones cuya naturaleza no es aleatoria”. 
La teoría general de los sistemas y la cibernética se interpenetrarán progresivamente para dar como resultado lo que hoy se denomina la “sistémica”. La concepción de la comunicación entre dos individuos como transmisión de un mensaje sucesivamente codificado y después descodificado, reanima una tradición filosófica en la que el hombre se concibe como un espíritu enjaulado en un cuerpo, que emite pensamientos en forma de ristras de palabras. Esas palabras salen por un orificio ad hocy son recogidas por un embudo ad hoc, que las envía al espíritu del interlocutor, el cual las analiza y extrae su sentido. Según esta tradición, la comunicación entre dos individuos es, pues, un acto verbal, consciente y voluntario.
Para nuestros investigadores, si la investigación de la comunicación interpersonal retoma por su 
cuenta estas posiciones filosóficas antiguas, no podrá salir jamás de las aporías en las que desemboca. Según ellos, hay que partir otra vez de la visión ingenua del historiador natural , como se decía en el siglo XVIII, es decir, desde el punto de vista del observador del comportamiento natural.
Para hacer un análisis más completo de la comunicación algunos de estos investigadores 
proponen tener en cuenta, más que el análisis del contenido del mensaje el contexto en el que se  produce la comunicación.
“Si la comunicación se concibe como actividad verbal y voluntaria, la significación está 
encerrada en los “bocadillos” que se envían los interlocutores. El analista no tiene más que 
abrirlos para extraer el sentido. Por el contrario, si la comunicación se concibe como un proceso 
permanente en varios niveles, para comprender la emergencia de la significación, el analista debe 
describir el funcionamiento de diferentes modos de comportamiento en un contexto dado, lo cual es 
un trámite muy complejo.
La analogía de la orquesta tiene la finalidad de hacer comprender cómo puede decirse que 
cada individuo participa en la comunicación, en vez de decir que constituye el origen o el fin de la 
misma. La imagen de la partitura invisible recuerda más precisamente el postulado fundamental de 
una gramática del comportamiento que cada uno utiliza en sus intercambios más diversos con el otro. 
En este sentido podríamos hablar de un modelo orquestal de la comunicación, por oposición al 
“modelo telegráfico ”
-El modelo orquestal, de hecho vuelve a ver en la comunicación el fenómeno 
social que tan bien expresaba el primer sentido de la palabra, tanto en francés como en inglés: la  puesta en común, la participación, la comunión.

Capitulo V

 "El campo y la ciudad" de Williams
En los ‘70 Williams señalo la importancia de lo cultural como elemento configurador de las relaciones sociales, subrayando la cualidad material de los procesos productivos y de las condiciones de recepción. Williams subrayo el momento práctico de las experiencias sociales, cuando las determinaciones de un campo (cultural, económico) son puestas en juego, desafiadas y reformadas por los sujetos. En el caso de Williams lo social es un espacio de hegemonías constantemente jaqueadas por impulsos (más o menos sistemáticos) contrahegemónicos. “La conciencia practica siempre es algo mas que el dominio de formas y unidades establecidas. Existe con frecuencia una tensión entre la interpretacion recibida y su experiencia practica (…) Esta tensión se manifiesta, a menudo, como una cierta incomodidad, una presión, un desplazamiento, una latencia”. Esta perspectiva coloca en su centro al conflicto cultural vivido como malestar, inadecuación, rechazo que todavía no ha adquirido sus formas semánticas, rescate de elementos arcaicos o imaginación de alternativas antes que estas puedan presentarse como sistemas oposicionales completos. Para Williams la dinámica cultural se manifiesta en la refutación de la hegemonía tanto como en su imposición. Por eso, su teoría cultural es particularmente sensible a los cambios. El modo de conocimiento histórico prevalece siempre sobre la perspectiva estructural y sincrónica.
"El campo y la ciudad” permite ver el funcionamiento de hipótesis teóricas discretamente imbricadas en la discusión  de textos literarios.

§ Las nociones de “tradición selectiva” y de “adaptación cultural selectiva”, que permiten captar la dinámica del conflicto en el interior de la continuidad de una cultura. La “tradición selectiva” no es algo que se establezca como un canon, sino como un campo de disputa sobre el armado de líneas estéticas e ideológicas. Es el campo de un enfrentamiento por la hegemonía cultural. Cada fricción intelectual se relaciona con el pasado selectivamente.
§ Williams estudia las transformaciones de recursos retóricos y géneros. Al hacerlo, Williams encuentra las razones sociales que inducen cambios en las convenciones. La “estructura del sentir” es un horizonte de posibilidades imaginarias (expuestas tanto bajo modalidad de ideas como de formas literarias y de experiencias sociales); los cambios en la literatura se desatan cuando esas “estructuras del sentir” ya no pueden encerrar las novedades sociales no están en condiciones de formularlas dentro del elenco de convenciones conocidas. La “estructura del sentir” es un campo de posibilidades, un limite a ese campo y un conjunto de líneas de desplazamiento hacia afuera.
§  Williams sostiene que el paisaje, tanto en su dimensión material como en su referencia literaria, es la producción de un tipo particular de observador, sustraído del mundo del trabajo. El paisaje es un punto de vista, antes que una construcción estética. El paisaje entonces antes que construcción material es distancia social.
§ Su posición es original al señalar la experiencia urbana un método de construcción ficcional que, conformando no sola las prácticas materiales y sociales, ofrece su modelo a la invención de ficciones.
§  Subraya que la ciudad hace posibles nuevas formas de conciencia y la emergencia de un nuevo tipo de organización, vinculada con el gobierno local, con la política, la extensión del voto y el sindicalismo, con la revolución social y con el mito.
§ En este libro se encontrara una sostenida argumentación erudita que se interrumpe por la indignación ideológica y moral experimentada ante los textos que nos enfrentan no solo con la belleza sino con la memoria de las victimas sociales de un proceso secular en cuyo transcurso se impulso el capitalismo.
Compruebo que la historia se repite continua y activamente: las relaciones no son solo de ideas y experiencias, sino también de renta e intereses, de situación y poder: un sistema mas amplio.
La vida del campo y la ciudad es móvil y actual; se mueve en el tiempo, a través de la historia de una familia y un pueblo; se modifica en el sentimiento y en las ideas, a través de una red de relaciones y decisiones.

"Codificar y decodificar" de Stuart Hall
Es posible y útil pensar la comunicación de masas en términos de una estructura producida y sostenida a través de articulación de momentos relacionados pero distintivos: Producción,circulación, distribución/consumo, reproduccion.
El "objeto" de estas practicas es el significado y los mensajes en la forma de vehículos de signos de una clase especifica organizados, como cualquier forma de comunicación o lenguaje, a través de las operaciones de códigos dentro de la cadena sintagmática de un discurso. Es en la forma discursiva que la circulación del producto tiene lugar, así como su distribución a las distintas audiencias. Una vez completado, el discurso debe entonces ser traducido-transformado nuevamente en practicas sociales si el circuito va a ser a la vez completado. Si no hay "significado" puede no haber "consumo". Debemos reconocer que la forma discursiva del mensaje tiene una posición privilegiada en el intercambio comunicativo, y que los momentos de "codificación" y decodificacion" son momentos determinados, a través de una "autonomía relativa" en relación con el proceso de comunicacion como un todo.
La "forma mensaje" es un momento determinado, aunque, a otro nivel, comprende los movimientos superficiales del sistema de comunicaciones y requiere, en otro nivel, ser integrado dentro de las relaciones sociales del proceso de comunicacion como un todo, del cual solo forma parte.
El consumo y recepción del mensaje televisivo es también el mismo un "momento" del proceso de producción en un sentido mas amplio, a pesar de ser el ultimo en "predominante"  porque es el "punto de partida de la efectivizacion" del mensaje. La producción y recepción del mensaje televisivo no son, por lo tanto, idénticas pero están relacionadas: son momentos diferenciados dentro de la totalidad formada por las relaciones sociales del proceso comunicativo como un todo. Antes de que este mensaje pueda tener un "efecto", satisfacer una "necesidad" o ser puesto en "uso" debe primero ser apropiado en tanto discurso significativo y estar significativamente codificado. Es este conjunto de significados codificados el que "tiene un efecto", influye, entretiene, instruye o persuade, con consecuencias de comportamiento, porcentuales  cognitivas, emocionales, ideológicas muy complejas. Es un momento "determinado" el mensaje a través de su decoficacion se emite dentro de la estructura de las practicas sociales.
Los grados de simetría (es decir, comprensión o incomprension) en el intercambio comunicativo depende de los grados de simetría/asimetria (relaciones de equivalencia) establecidos entre las posiciones de "personificaciones", codificador-producto y decodificador-receptor. Pero esto a su vez depende de los grados de identidad- no identidad entre los códigos que perfecta o imperfectamente transmiten, interrumpen o sistemáticamente distorsionan lo que tiene que ser transmitido. Lo que se llama "distinciones" o "malentendidos" surge precisamente por la falta de equivalencia entre dos lados del intercambio comunicativo. Una vez mas, esto define la "autonomía relativa" pero determina la entrada y salida del mensaje de sus momentos discursivos.
Los signos iconicos son particularmente vulnerables de ser leídos como naturales porque los códigos de percepción visual están ampliamente distribuidos y porque este tipo de signo es menos arbitrario que el signo lingüístico.
El signo denotacion se equipara con el sentido literal de un signo. Connotación en cambio suele ser empleado simplemente para referirse a significados menos fijados y por lo tanto mas convencionalizados, asociativos, los cuales varían y dependen de la intevencion de los códigos.
Los códigos connotativos no son iguales entre ellos; cualquier sociedad o cultura tiende, con diferentes grados de clausura, a imponer sus clasificaciones del mundo poltiico, social y cultural. Estas constituyen el Orden Cultural Dominante.
La codificación tendrá el efecto de construir alguno de los limites y parámetros dentro de los cuales operara la decodificacion. Si no hubiera limites la audiencia podría simplemente leer lo que se le ocurriera en un mensaje. Si no existiera la reciprocidad en la codificación, no podríamos establecer en absoluto un intercambio comunicativo efectivo.

"Estudios culturales. Dos paradigmas" de Stuart Hall
Lo importante son las rupturas significativas, donde las viejas lineas de pensamiento son desarticuladas, las constelaciones mas antiguas son desplazadas y los elementos reagrupados en torno a un esquema distinto de premisas y de temas. Los cambios en una problemática transforman significativamente la naturaleza de los interrogantes que son formuladas, las formas en que ellas son planteadas y la manera en que pueden ser adecuadamente respondidas. 
Se vincula al termino cultura con la suma de todas las descripciones disponibles a través de las cuales las sociedades confieren sentido a, y reflexionan sobre, sus experiencias comunes. El proceso de la comunicacion es de hecho el proceso de la comunidad: el compartir significados comunes, y en consecuencia, actividades y propósitos comunes; la oferta, la recepción y la comparación de nuevos significados, que conducen a las tensiones y logros de crecimiento y cambio.
Es definida a "teoria de la cultura" como el estudio de las relaciones entre elementos en una forma de total de vida. La cultura esta implicada con todas las practicas sociales, y es la suma de sus interrelaciones. La "cultura" viene a ser todos aquellos patrones de organizacion, aquellas formas caracteristicas de la energia humana que pueden ser detectadas revelandose. 
Las intervenciones "estructuralistas" han sido en gran medida articuladas en torno al concepto de ideología  Cualquier teoría de la cultura debe comprender el concepto de la interacción dialéctica entre la cultura y algo que no es la cultura.
El poder de autentificacion y la referencia a la experiencia erigen una barrera entre el culturalismo y una concepción adecuada de "ideología". Y a la vez sin ella la efectividad de la cultura en la reproducción de un determinado modo de producción no puede ser aprendida.
Aunque se trate de dos "Paradigmas maestros" en los Estudios Culturales, ni el "culturalismo" ni el "estructuralismo" son, en su presente forma de existencia, adecuados para la tarea de construir el estudio de la cultura como un terreno conceptualmente clarificado o teóricamente informado. Pero algo fundamental emerge de una gruesa comparación de sus respectivas fuerzas y limitaciones:
La gran fuerza de los estructuralismos reside en su énfasis de las "condiciones determinadas", frente al humanismo ingenuo, con su necesaria consecuencia de una práctica política voluntarista y populista, del culturalismo. El hecho de que "los hombres" pueden volverse conscientes de sus condiciones, organizarse para luchar contra ellas y de hecho transformarlas no debe avasallar la conciencia de que, en las relaciones capitalista, hombres y mujeres son colocados y ubicados en relaciones que los constituyen en agentes.
Mas esto se liga a una segunda fuerza: el reconocimiento por parte del estructuralismo de la necesidad de la abstracción como instrumento intelectual. Como alega el "culturalismo", en la realidad histórica las prácticas no aparecen nítidamente diferenciales en sus respectivas instancias. Mas para pensar o analizar la complejidad de lo real, se precisa el acto de la práctica del pensamiento; y éste precisa del empleo del poder de abstracción y análisis, la formación de conceptos con que calar en la complejidad de lo real. El estructuralismo a menudo ha llevado esta proposición a extremos. Las permanentes oscilaciones entre abstracción/anti-abstracción y las falsas dicotomías de Teoricismo versus Empiricismo han marcado y desfigurado el encuentro culturalismo/estructuralismo a la fecha.
El estructuralismo tiene una fuerza adicional, en su concepción del "todo". El culturalismo tiene un modo de conceptualizar la "totalidad" que tiene algo de compleja simplicidad de una totalidad expresiva detrás. Esta complejidad es reductible, conceptualmente, a la "simplicidad" de la praxis, la actividad humana en cuanto tal. Representa un avance respecto del culturalismo en la concepción que tiene de la necesaria complejidad de la unidad de una estructura. Más aun, tiene la capacidad conceptual de pensar en una unidad construida mediante las diferencias entre, más que las homologías de, las prácticas. Claro que el énfasis en la diferencia puede haber -y de hecho ha- conducido a los estructuralismos a una fundamental heterogeneidad conceptual, en que son perdidos todo sentido de estructura y de sociedad.
La tercera fuerza que muestra el estructuralismo reside en haber descentrado la "experiencia" y en su seminal trabajo de elaboración de la descuidada categoría de "ideología". El poder de autentificación y la referencia a la "experiencia" erigen una barrera entre el culturalismo y una concepción adecuada de "ideología". Y a la vez sin ella la efectividad de la "cultura" en la reproducción de un determinado modo de producción no puede ser aprehendida.
Las fuerzas del culturalismo. Ha insistido en la lucha y la organización conscientes como un elemento necesario en el análisis de la historia, la ideología y la conciencia: esto en contra de su persistente minimización en el paradigma estructuralista. Aquí, una vez más, es sobre todo Gramsci quien nos ha provisto de un juego más refinado de términos para la vinculación de la categorías principalmente "inconscientes" y dadas del "sentido común" cultural con la formación de ideologías más activas y orgánicas, que tienen la capacidad de intervenir en el terreno del sentido común y las tradiciones populares y, mediante tales intervenciones, organizar masas de hombres y mujeres. En este sentido el culturalista restaura propiamente la dialéctica entre el carácter inconsciente de las categorías culturales y el momento de la organización consciente:

Tres debilidades o inadecuaciones radicales de los puntos de convergencia:
1) "proceso sin sujeto" del estructuralismo. A diferencia del culturalismo, que restaura el sujeto unificado (colectivo o individual) de la conciencia en el centro de "la Estructura", la teoría del discurso, vía los conceptos freudianos del inconsciente y los conceptos lacanianos acerca de cómo los sujetos son constituidos en lenguaje, restaura al sujeto descentrado, al sujeto contradictorio, como un juego de posiciones en el lenguaje y el conocimiento, desde las cuales la cultura puede aparecer como siendo enunciada. El problema es que la manera en que este "sujeto" de la cultura es conceptualizado es de tipo trans-histórico y "universal": se dirige al sujeto-en-general, no a sujetos sociales históricamente determinados, o lenguajes particulares socialmente determinados. En consecuencia ha sido incapaz, hasta ahora, de desplazar sus proposiciones genéricas al nivel del análisis histórico concreto. La segunda dificultad es que los procesos de contradicción y lucha -que el estructuralismo temprano ubica totalmente en el nivel de "la estructura"- se encuentran ahora alojados exclusivamente en el nivel de los procesos inconscientes del sujeto.
2) Intento de volver a una "economía política" de la cultura, de tipo más clásico. Esta posición argumenta que la concentración en los aspectos culturales e ideológicos ha sido exagerada. Quisiera restaurar los viejos términos de "base/superestructura", encontrando, en la determinación en última instancia de lo cultural-ideológico por parte de lo económico. Conserva una noción de la ideología como "falsa conciencia". Sin duda el argumento de que tanto el estructuralismo como el culturalismo, en sus diferentes formas, han descuidado el análisis económico de la producción cultural e ideológica, tiene cierta fuerza. Pero con el retorno de este ámbito más "clásico", vuelven también muchos de los problemas que lo asediaron originalmente. Se tiende a concebir el plano económico no sólo como "necesario", sino como "suficiente" en cuanto explicación de los efectos culturales e ideológicos.
3) Foucault y Gramsci han reforzado y -paradójicamente- sostenido el sentido de la instancia histórica concreta que siempre ha sido una de las principales fuerzas del culturalismo. Pero Foucault adopta un escepticismo tan meticuloso acerca de cualquier determinación o relaciones entre las prácticas, que no sean aquellas vastamente contingentes, que tenemos derecho a verlo como profundamente comprometido con la necesaria no-correspondencia de todas las prácticas entre sí. Cuando -contra sus bien defendidas posiciones epistemológicas- se topa con ciertas "correspondencias", entonces cae en un vulgar reduccionismo, que realmente niega las sofisticadas posiciones que él mismo ha adelantado en otras partes de su obra.

Aunque ni el culturalismo ni el estructuralismo bastan como paradigmas autosuficientes de estudio, gozan de una centralidad en el terreno de la que carecen los otros contenedores, y esto debido a que entre ellos (en sus divergencias así como en sus convergencias) se dirigen hacia lo que debe ser el problema medular de los Estudios Culturales: ese ámbito marcado por los conceptos de cultura/ideología. En su conjunto plantean los problemas que se derivan de intentar pensar a la vez la especificidad de diferentes prácticas y las formas de la unidad articulada que ellas constituyen. Plantean una constante, si bien fallida, vuelta a la metáfora de base/superestructura. La solución de este problema permitirá a los Estudios Culturales superar sus incesantes oscilaciones entre idealismo y reduccionismo.

"Historia de los Cultural Studies" de Mattelart y Neveu
La gran tradicion de la literatura inglesa: A lo largo de la última tercera parte del siglo XIX surge la problemática de Culture and Society”, por la que se interesaban autores de la literatura inglesa. Ellos toman una actitud crítica, de tipo culturalista, hacia la “civilización moderna”. Estigmatizan al siglo XIX como el “siglo de los perjuicios ambientales”, en el que triunfan el “mal gusto” de la “sociedad de masa” y la “pobreza de su cultura”.
Figura central en la tradición “Culture and Society”, Matthew Arnold, preconiza la enseñanza de la literatura inglesa en las escuelas del Estado, como medio para salir de la crisis ideológica en la cual está hundida la sociedad desde que la religión dejó de cohesionarla. Sin embargo, el papel emancipador que, supuestamente, debían desempeñar las grandes obras literarias, no tarda en revelar su ambigüedad social. A esta empresa de transmisión de los valores morales a través del libro también se le encomienda la misión cívica de pacificar e integrar a la clase obrera.
Fundada en 1932 como órgano de expresión del movimiento leavisiano, la revista Scrutiny se convierte en el centro de una cruzada moral y cultural contra el embrutecimiento practicado por los medios de comunicación social y la publicidad; se aprovecha cualquier oportunidad para reafirmar la capacidad liberadora del aprendizaje, bajo la tutela de la elite culta, de la Gran Tradición de la ficción inglesa. Las posturas adoptadas por los leavisianos hacia el entorno industrial de la cultura reflejan la mentalidad de la época, por lo tanto, en ello no radica la originalidad del movimiento leavisiano. Lo que lo caracteriza es la terapia que propone aplicar sistemáticamente, con el fin de enlazar con la “sociedad orgánica” anterior a la era industrial. El humanismo liberal de estos defensores de la gran literatura, supuestamente fuente de “salud moral”, evolucionó, en la práctica, hacia el rechazo obsesivo de la sociedad técnica y llegó a coincidir con las posiciones de la reacción política.
La institucionalización de los Cultural Studiespropiamente dichos resultará de la creación, en 1964, del Centro de Investigaciones de Birmingham (CCCS), que tendrá por objeto “las formas, las prácticas y las instituciones culturales, así como sus relaciones con la sociedad y el cambio social”. Si los primeros representantes de los Cultural Studies comparten con sus antecesores leavisianos, el que muchos provenían del mundo de los docentes de literatura inglesa, se diferencian del todo de ellos en que establecen lazos con la cultura de las clases populares, de las que, por lo demás, muchos habían salido. Se publica, en 1957, un libro de Hoggart, cuyo papel como fundador de su campo de estudios será reconocido por los miembros del centro de Birmingham: The Uses of Literacy. La idea central es que existe una tendencia a sobrevalorar la influencia en las clases populares de los productos de la industria cultural
Los usos sociales de los medios de comunicación no responden forzosamente a la lógica de una capacidad devastadora que formase parte integrante de los rasgos estructurales de los mensajes. Al observar esto, Hoggart rompía con lo que, en aquel entonces, era el discurso crítico dominante acerca de la cultura de masas, marcado por el funcionalismo.
La resistencia al orden cultural industrial es una idea consubstancial a la multiplicidad de objetos de investigación que caracterizará los campos de investigación de los Cultural Studiesdurante más de dos décadas. Remite, por supuesto, a la convicción de que resulta imposible abstraer la “cultura” de las relaciones de poder y las estrategias de “cambio social”. Por lo demás, este axioma compartido es el que explica la gran influencia que ejercieron sobre el movimiento los trabajos, inspirados en Marx, de otros dos padres fundadores británicos que rompieron con las teorías mecanicistas (deseo de superar los análisis que convirtieron a la cultura en una variable sometida a la económica): Raymond Williams y Edward P. Thompson. Tanto en Williams como en Thompson se encuentra la visión de una historia forjada por las luchas sociales y la interacción entre cultura y economía, en la que desempeña un papel central la noción de resistencia a un orden que lleva la huella del “capitalismo como sistema”. El trío de padres fundadores lo completa un cuarto hombre: Stuart Hall.
Las figuras fundadoras de los Cultural Studies destacan, en el terreno académico, por dos formas de marginalidad. Una, en los casos de Williams y Hoggart –aunque también de Hall- es el origen popular, que los convierte en personajes que chocan en el ámbito universitario británico. Ambos, llegados desde familias de clase baja a la universidad inglesa, becados por el sistema que el laborismo había creado como parte de su programa de extensión de derechos y oportunidades, sienten la extranjería que los marca como los recién llegados. Estas trayectorias sociales atípicas o improbables chocan con la dimensión socialmente muy cerrada del sistema universitario británico, con lo que los intrusos se ven condenados a la opción por inserciones externas a dicho sistema o situadas en su periferia. 
Los Founding Fathers supieron apoyarse en el terreno político para dotarse de medios de coordinación y, a la vez, proveerse de sólidas redes de aliados, utilizando para ello su posición bisagra entre el campo político y el académico, y dotándose de una revista que contribuyera a difundir un nuevo conjunto de autores y temas de estudio.
Años Birmigham; La corriente de los Cultural Studies va a cristalizar en Birmingham, en 1964, con la creación del Centre of Contemporary Cultural Studies,con Hoggart como primer director. Birmingham fue primero un extraordinario foco de animación científica, que actuaba como plataforma giratoria para una labor multiforme de importación y adaptación de teorías (autores marxistas continentales, semiología, estructuralismo, determinados aspectos de la escuela de Frankfurt, parte de la herencia de la escuela de Chicago). En segundo lugar, el CCCS contribuyó al desbroce de un conjunto de terrenos de investigación, relacionados con las culturas populares y los medios de comunicación social, y luego, con temas vinculados con las identidades sexuales y étnicas. Una tercera observación es la del carácter sumamente heterogéneo de los estudios y procedimientos agrupados. Si se toma en cuenta este dato, se entenderá mucho más fácilmente la posterior dispersión de las trayectorias de los protagonistas.
La mancha de aceite cultural: Habrá que esperar hasta el umbral de los años setenta para que el centro acceda a una gran visibilidad científica, que tendrá como soporte la publicación periódica, a partir de 1972, de los Working papers. La óptica inicial del centro era movilizar las herramientas y técnicas de la crítica literaria –la referencia a Leavis resulta explícita– para desplazarlos hacia temas que, hasta entonces, eran considerados ilegítimos por la comunidad universitaria: el universo de las culturas y prácticas populares en oposición con las culturas doctas, la toma en cuenta de la diversidad de bienes culturales, que englobarán los productos de la cultura de los medios de comunicación social y, luego los estilos de vida, y ya no sólo las obras literarias.
Se va a dar un primer proceso de expansión alrededor del estudio de las culturas populares, en torno al análisis de la fragmentación de los estilos de vida y subculturas en el mundo obrero, al inicio de los años setenta. El interés por los universos sociales de los jóvenes y por las manifestaciones del conflicto generacional va a contribuir a nuevas expansiones de los terrenos de análisis de los Cultural Studies

Dominaciones y estrategias: El común denominador de los trabajos históricos (Thompson) y de los que versan sobre la cultura contemporánea (Birmingham) radica en que en ambos se procede a una suerte de “culturología externa”. La descripción de los modos de actuar y de los universos de significación ligados a ellos resulta a menudo sutil, comprensiva y propia de un buen conocimiento etnográfico. Pero este registro no constituye nunca un fin en sí mismo, sino que intenta desarrollar un interrogante sobre las relaciones de poder, los mecanismos de resistencia y la capacidad de producir otras representaciones del orden social legítimo. La cultura queda erigida en el centro de una tensión entre mecanismos de dominación y resistencia. La problemática de la función política de las culturas se constituyó a través de las categorías ideológicas, y después de la hegemonía gramsciana.
El interés por la dialéctica entre resistencias y dominaciones explica también la importancia que cobró poco a poco, dentro de los Cultural Studies, el estudio de los medios de comunicación social. Es a través de la conversión más explícita en problemática de los desafíos vinculados con la ideología y con los vectores de un trabajo hegemónico que los medios de comunicación social, especialmente los medios audiovisuales, llegan a ocupar paulatinamente un lugar destacado.
Los investigadores de Birmingham intentan, en este campo, una triple superación: la de un estructuralismo que queda circunscrito a herméticos ejercicios de desciframiento de textos; la de las versiones mecanicistas, vía Gramsci, de la ideología en el marxismo; y la de la sociología funcionalista norteamericana de los medios de comunicación social. 
La preocupación por el momento de la recepción está subordinada a dos problemáticas más amplias: la vuelta al sujeto, la subjetividad y la intersubjetividad; y la integración de las nuevas modalidades de relaciones de poder en la problemática de la dominación. Así se produce, durante los años ‘70, el encuentro con los estudios feministas. La cuestión del género impregna poco a poco las investigaciones en su conjunto, con lo que se deja de leer los procesos de construcción de la identidad únicamente a través de la cultura de clase y su trasmisión generacional. Pronto se añade al planteamiento del género el de la raza y la etnia (estudios sobre las subculturas).
CCCS, Import Company: Las múltiples imitaciones intelectuales realizadas por el centro manifiestan la vitalidad de un proceder científico que, según las materias estudiadas, se esfuerza por identificar las herramientas teóricas que mejor le convienen. La observación es válida, en primer lugar, en el campo de la sociología, con la aportación del interaccionismo simbólico (observación-participación), la opción etnográfica de la escuela de Chicago, un procedimiento sociológico aptos para captar la trama de las experiencias vividas.
La voluntad de permanecer atento a las significaciones vividas por los agentes sociales constituye uno de los desafíos clave en las relaciones conflictivas y desiguales ente marxismo y sociología. Birmingham propone un marxismo “sociologizado”: búsqueda de autores que, aunque apelando a la herencia marxista, ayudan a superar las interpretaciones mecanicistas y economicistas. El enfoque gramsciano opone una reflexión acerca del vínculo que el Estado mantiene con la sociedad civil y un interrogante sobre las culturas populares, sobre la noción de lo “nacional-popular” y sobre la función que cumplen los intelectuales en la edificación de la hegemonía de un grupo social. Este enfoque coloca en el corazón de sus problemáticas el papel desempeñado por las ideologías, así como por sus vectores de difusión, como instrumentos estratégicos de una dominación-hegemonía, es decir, de la capacidad de un grupo social para desempeñar un papel de dirección intelectual y moral y para construir una relación de poder que no se agota ni limita en la mera fuerza o en la consecuencia mecánica de las relaciones económicas de producción. 
Limites de una empresa colectiva: Debilidades de los Cultural Studies:
  1.  Vínculo escaso con las problemáticas sociológicas; pobreza del bagaje sociológico de la mayor parte de los miembros del CCCS. Si los análisis del equipo de Birmingham, especialmente los de Hoggart, supieron prestar una atención inédita a las culturas dominadas, tratarlas con respeto pero sin complacencia, no lograron siempre sortear los peligros gemelos del populismo y el miserabilismo.
  2. La cuasi inexistencia de una problemática que conciba la creación cultural como un espacio, o un terreno, de competición e interdependencia entre productores; se sobrevalora el planteamiento de una producción cultural que constituyese una respuesta explícita a las expectativas, supuestamente claras, de clases o grupos de consumidores.
  3. La exégesis marxológica soporífica de muchos artículos; los múltiples textos poco imaginativos y las muchas variaciones sobre un tema de Marx, Gramsci o Althusser.
  4. Olvido frecuente de la historia y la economía (excepto en Thompson y Williams); son pocos los investigadores de Birmingham que escogieron esta vía para llegar a un conocimiento de la sociedad británica. La no consideración de la economía se convertirá, al final de la década de los setenta, en crítica contra los Cultural Studies, a los que se tachaba de idealismo. En el transcurso de la segunda mitad de los años setenta, se sientan las bases, en Francia e Italia, de una economía política de la comunicación centrada en el tema de las industrias culturales (Cesareo, Flichy, Mattelart, Miège, Richeri). Williams llama a enfrentar el reto de evitar la doble trampa del reduccionismo económico y la autonomización idealista del nivel ideológico y considerar que lo material, lo económico y lo ideológico constituyen tres niveles, distintos en una perspectiva analítica, aunque entrelazados en las prácticas sociales concretas y el análisis concreto.
  5. A principios de los ’80, los Cultural Studies no habían abordado ninguno de los grandes desafíos planteados por el desarrollo de los medios de comunicación social (surgimiento de la teledifusión), y finalmente, por la “sociedad de la información”, respecto de la redefinición del ámbito público.
  6.  Manifestación de una forma específica de provincianismo británico en los trabajos, los cuales conjugan la internacionalización de las herramientas teóricas con una indiferencia hacia cualquier vía de comparación y con la falta de interés por los desafíos de los flujos culturales transnacionales.
¿Un giro etnografico? En la historia de los Cultural Studies se asocian los años ochenta con la imagen de un giro etnográfico. Es una manera cómoda de designar un desplazamiento de las problemáticas y, más aún, de los protocolos de encuesta hacia un estudio de las modalidades diferenciales de recepción de los medios de comunicación social, especialmente en lo que respecta a los programas televisados.
¿Giro o reescritura de la historia?: En realidad, el anterior conjunto de trabajos implicaba ya una clara opción etnográfica. En los años ochenta se produjeron realmente mutaciones importantes. Uno de los factores clave en la nueva orientación de los trabajos se refiere a una redefinición en las modalidades de análisis de los medios de comunicación social. Si hubo un “giro” al principio de la década de los ochenta, consistió en prestar una atención creciente a la recepción de los medios de comunicación social, tratando de operativizar modelos como el de la codificación-descodificación. Para ello, los investigadores van a desplegar una gran inventiva en la búsqueda de métodos de observación y comprensión de los públicos reales, entre otros mediante técnicas etnográficas.
La investigación hace posible la verificación empírica de la legitimidad del planteamiento analítico de Hall, sin dejar de señalar sus insuficiencias y lagunas. El modelo de Hall, centrado en la importancia del estatuto de clase, no dejaba entender la importancia del entorno hogareño de percepción, ni la de las relaciones dentro de la familia.
Giro epistemologico, giro politico: El “giro etnográfico” es indisociable de otros virajes que se dan en Gran Bretaña y en el mundo de la década de los ochenta. Viraje conservador generalizado con las políticas puestas en marcha por ella en materia de privatizaciones y los enfrentamientos directos con las organizaciones sindicales (mineros); viraje económico con las consecuencias de la globalización creciente de las economías.
Dimensiones objetivas y subjetivas del cambio: Se acrecentó la importancia del sujeto individual y cambiaron nuestros modelos de “sujeto”. Desde ahora, no es posible concebir al individuo como un Ego completo y monolítico o como un yo autónomo. La experiencia del yo queda más fragmentada, marcada por una carencia y compuesta por múltiples “yo”, múltiples identidades vinculadas con los distintos mundos sociales con los que uno se relaciona.
La cuestión de las recomposiciones de identidades se convierte en un desafío político sumamente importante, así como, de rebote, la del papel de los medios de comunicación social y el funcionamiento del espacio público. Este último no constituye nunca un mero foro de la razón, en el que se intercambian argumentos y puntos de vista, sino un auténtico mercado de identidades en el que se ofrecen, a través de los flujos de bienes culturales, propuestas de identidad y principios de elaboración del “nosotros”.
En 1991, se da un “nuevo posicionamiento” de los Cultural Studies mediante la insistencia en determinados factores mayores que obligaban a “superar las fronteras”. Figuraban entre ellos: la “globalización”; la fractura de los “paisajes sociales”; las migraciones.
Relevos generacionales: Los nuevos tiempos y el viraje etnográfico pueden leerse también por procesos generacionales. Se trata, primero, de la llegada de la que podría denominarse tercera generación de investigadores, que está precedida por la de los padres fundadores y por la de Birmingham. Se trata también de la llegada a la edad adulta y adolescente de generaciones que fueron socializadas, desde su más tierna juventud, por los medios audiovisuales y todos los recursos de las industrias culturales.
La identidad cultural debe concebirse como una “producción positiva”. Lo que explica su intento de “inyectar algún movimiento y movilidad en la formación de la identidad”, con el fin de superar lo que califica de “concepciones polares de la identidad”, en virtud de las cuales los individuos quedan divididos entre dominantes y marginales, metropolitanos y periféricos, etc. La subjetividad es espacial, en la medida en que se vive el mundo desde una posición específica en el espacio-tiempo, y está también relacionada con el movimiento y la trayectoria de los demás.
Dos intervenciones en lo que respecta al cambio de sensibilidad en relación con el tema de la constitución de la identidad. Primero, durante el gran período del centro, se ha estudiado las subculturas como si fueran identidades realmente establecidas, conceptos estables de formas auténticas y originales de resistencia, en un momento histórico dado y en un lugar geográfico determinado. En segundo lugar, se suponía que cada subcultura causaba su propia muerte cuando estaba admitida en el seno de la mainstream culture (la industria de la mercancía incorpora a la subcultura). Ahora, este tipo de enfoque ya no es válido.
En la primera mitad de los años ochenta se inicia un desliz gradual hacia la naturalización de la televisión en su forma institucional y comercial. Surge la noción de diversión, o placer, que proporciona la televisión comercial al auditorio, como punto de partida de una comparación entre la herencia del servicio público y los paradigmas de la televisión privada. La vuelta a la diversión corriente se producía explícitamente en nombre de la necesaria ruptura con la pesada tradición de las escuelas negativas, influidas por la escuela de Frankfurt y la corriente estructuralista. 

Una apuesta clave: la globalizacion: A través del planteamiento de la internacionalización de los medios de comunicación social y las formas de cultura masiva, la corriente extendió su imperio hasta los confines del mundo, con lo que perdió sus raíces y, en opinión de muchos, su alma. En este cruce de fronteras surgió un nuevo lugar de reunión, el de la “globalización”, una noción cuyos usos y difusión son demasiado laxos. Global y globalización se han convertido en palabras fetiches. La inconsciencia llegó hasta tal extremo que los Cultural Studies se apoderaron simultáneamente, sin tomar mayores precauciones epistemológicas, de otro término, el de glocalisation, para referirse a la necesaria articulación de lo local con lo global. Este término, en su origen, fue utilizado por los especialistas del marketing para denominar la “segmentación” de los objetivos o la repartición, en grandes segmentos transfronterizos, de los consumidores que compartían los mismos estilos sociales.

"Televisión, audiencias y estudios culturales" de Morley

La televisión ya no se debería considerar hoy fenómeno aislado, sino una más entre las diferentes tecnologías de la información y la comunicación que ocupan el tiempo y espacio domésticos. Nuestro objetivo principal es recontextualizar el estudio de la televisión en un marco más amplio.
Los cambios técnicos traen profundas consecuencias para el desarrollo potencial de la vida doméstica. Las nuevas tecnologías trasladas conflictos familiares preexistentes a contextos nuevos.
Nuestro enfoque define a la televisión como un medio esencialmente doméstico que debe entenderse tanto en el contexto del hogar y la familia como en el contexto más amplio de las realidades social, política y económica.
Los sentidos de la televisión se deben entender como propiedades emergentes de prácticas contextualizadas de la audiencia. Es preciso ver a estas prácticas situadas en ambientes microsociales (hogar y familia = ambiente primario), que se encuentran a su vez situados en ambientes macrosociales (vecindario, economía, cultura). La televisión forma parte de nuestra socialización.
La televisión es recibida en un contexto complejo y potente: los hogares, las familias, están condicionados, son conflictivos y contradictorios. Nos interesa establecer cómo se organizan relaciones con las tecnologías de las comunicaciones en el contexto de las relaciones sociales domésticas, y reflejadas por ese contexto. La investigación sobre la tecnología y la conducta social debe partir de un análisis total del sistema de interacción para luego indagar cómo se incorpora la tecnología a ese sistema. Nos interesa elaborar un modelo de comunicaciones domésticas que nos permita tomar en consideración las diversas actividades comunicativas capaces de coexistir en el momento en que la familia “ve televisión”. Esto es, una recontextualización del estudio sobre la práctica de mirar televisión: a) nos interesa la dinámica interna de los hogares, la estructuración de las diferencias de edad y de género en tanto influyen en los usos de la televisión y de las demás tecnologías de la información y la comunicación; b) nos interesa conocer la dinámica externa de los hogares, o sea, el modo en que el uso y el consumo de esos bienes y servicios y sentidos definen una relación con el mundo exterior.
Se puede sostener que los hogares y las familias construyen sus tecnologías diversamente y crean sentidos privados (que redefinen los sentidos públicos) según su propio posicionamiento, sus pautas de uso y exhibición. No por reconocer la naturaleza compleja de la situación doméstica en la que se mira televisión abandonamos necesariamente nuestra preocupación por los textos que ésta comunica. Antes bien, debemos examinar los modos y variedades con que diferentes tipos de telespectadores ven diferentes tipos de programas en diferentes momentos del día, y les prestan atención. Si bien las variaciones de la conducta del televidente se deben medir a partir de una línea de base de visión fragmentaba y distraída, no por ello debemos necesariamente llegar a la conclusión de que nunca ocurre una práctica intensa y atenta ante el televisor.


Pero el modelo texto/lector exige cierta reelaboración. Es necesario tener en cuenta cuatro dimensiones para la relación entre la televisión y su audiencia:
  1.  Los sentidos que se generan en la confrontación televisión audiencia no se circunscriben a la situación en que se produce ese encuentro son que las actividades de la vida cotidiana los generan y sustentan;
  2. Diferencias mediáticas: las audiencias de la televisión son también audiencias de la radio, son usuarios de la computadora y el teléfono y lectores de diarios, revistas y libros. No respondemos a esos medios diferentes ni los usamos de manera idéntica;
  3.  Mecanismos que nos llevan a comprometernos con la “lectura”: las maneras en que la audiencia incorpora (atenta o desatentamente) los sentidos que le ofrece el medio y en que los construye partiendo de esa incorporación;
  4.   Distintos grados de atención y variadas circunstancias sociales y culturales. Silverstone sugiere aportar a este problema ciertos puntos de vista y modos de análisis de la retórica. Hacerlo obliga a considerar el programa de televisión como una oferta motivada de atención y de acción, más o menos susceptible de resistencia o negociación. Procesos retóricos generalizados que participan en la mediación entre televisión y audiencia: homología (coincidencia entre temporalidades textuales y experimentadas), identificación (correspondencia entre lo que aparece en la pantalla y la vida), metáfora y operaciones retóricas de suma y resta (libertad de las audiencias para elaborar y transformar los textos de la televisión).
     La televisión es un objeto de consumo que, en su doble articulación, es significativo en sí mismo y portador de sentidos. Si queremos explicar las maneras en que la televisión se utiliza y podría utilizarse, debemos comprender la naturaleza y las consecuencias de las elecciones que se hacen diariamente en los actos públicos y privados de consumo.
       Dos aspectos:
  1.  Todo consumo implica el consumo de sentidos, en realidad, todo consumo implica la producción de sentidos por parte del consumidor.
  2.   La selección de programas se parece cada vez más a la selección de mercancías. Puede decirse que hay una convergencia entre el consumo de la televisión como medio y el consumo de la televisión como mensaje.
"Del sujeto cautivo a los consumidores nomadicos" de Elizabeth Lozano
Estudiar los análisis de recepción es definir tópicos,  métodos y resultados. Estudiar estos análisis es también aventurarse en un entramado invisible de tácticas  éticas, retoricas, un etramado que, en su silenciosa articulación  sugiere "tópicos", define senderos y provee la lógica primigenia del os "re-sultados". Es precisamente esta lógica de la acción la cual puede llamarse norteamericana, una condición de pragmática desde la cual los medios de comunicacion y las audiencias que los consumen son estudiados. La manera norteamericana es menos una perspectiva que un escenario cuya peculiar topografía de altibajos y contraluces provee las condiciones vitales que definen el hacer investigados y las formas de practica académica y social.
Este desplazamiento se debe en gran parte a los cambios decisivos por los cuales los medios de televisión están pasando. De ser medio dirigido a un supuesto espectador promedio, la televisión ha pasado a ser un medio de masividades, de múltiples promedios.
En términos generales, la búsqueda por el espacio de la recepción supone estos desplazamientos conceptuales: 
-De la audiencia homogénea a las audiencias plurales. La masa, la mayoría  esta cediendo lugar a generalidades mas minuciosas y especificas. Las mayorías son muchas, los promedios son múltiples (depende de cual segmento social, cual tipo de consumidor se esta hablando). Las minorías (sexuales, generacionales, étnicas y sociales) son abordadas y representadas en los discursos de masa. La presencia de las minorías masivas y de las mayorías minoritarias cuestiona la existencia del espectador promedio del común de la gente.
-De la recepción como polaridad adquisitiva a la recepción como espacio de negociación, apropiación y producción de sentido.
-De la comunicacion a las practicas culturales. El modelo de la comunicacion impide vislumbrar las articulaciones, dinámicas  y practicas sociales que no se agotan en lo comunicativo y que, sin embargo, constituyen su soporte. Es pues, estudiar los medios de comunicacion masiva desde la cultura y en el devenir cotidiano.
Fiske propone el uso del plural, audiencias, el cual sugiere la presencia de diversas formas de relación, atención, lectura, oposición con respecto a los textos de los medios masivos. Otros hablan de las audiencias errantes o de los sujetos nomadicos. Un concepto bastante sucio parece permear estas alternativas: el consumo. Hablar de consumo resulta cinico e ironico. Es cinico pensar en audiencias como consumidoras, pues convierte todo intento de informar, entretener, crear o divulgar, en un ejercicio de venta. Mas aun, esto sugiere la compulsividad digestiva de la audiencia y su básica intelección del mundo en términos de satisfacción garantizada. La actitud critica, reflexiva y exploratoria cede lugar a la inmersión irracional en la sensualidad indulgente.
El consumo resulta ser una metafora mucho mas adecuada para pensar la condicion post-moderna que lo es la idea de audiencia fundada en un ideal de discursos finitos, coherentes, interpretables y aislantes.
El critico, como todos los demás es un viajero por el mundo social, un nomada en transito sin fin. Este, entonces, no posee la cifra de lo verdadero, lo preferible o lo real, y hace de su condición nomadica la clave misma de la reflexion intelectual. Es este nomadismo el que permite la ironia o denuncia de las contradicciones entre discurso y experiencia, ideologia y percepción  la vida y la historia. Es la región mediadora e inarticulada la que el critico persigue en su búsqueda.
El interés de los estudios de comunicacion no reside tan solo en lo que estos plantean conceptualmente, sino también en lo que estos develan y nos dejan entrever del territorio social en el cual se mueven. Los estudios de comunicacion son, en si mismos, actos comunicativos, textos en cuya textura se insinúan tejidos vitales de la sociedad que los elabora.

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